Publicado en el periódico "El Occidental"
el 23 de enero de 2013.
Celina Vázquez y Wolfgang Vogt
Después de la Revolución de Octubre se borraron todos los vestigios de la cultura judía; pero a mediados de los años veinte, el Gobierno soviético decidió desarrollar "una cultura proletaria judía, nacional en forma y socialista en el contenido" (p.9). El yiddish se convirtió en una de las lenguas minoritarias oficiales y el gobierno financió escuelas en lengua yiddish. El Teatro Judío Estatal, cuya escenografía pintó Marc Chagall, amigo de Níster, se convirtió en un importante centro cultural. Hasta mediados de los años treinta se habló de un "paraíso" de la cultura yiddish en la Unión Soviética. Níster aprovechó esta coyuntura favorable para escribir "La familia Máshber", de cuya primera parte se publicaron a partir de 1935 entregas en diversas revistas soviéticas de lengua yiddish, hasta que en 1939 se publicó en Moscú el primer tomo de la novela. Después Níster cayó en desagracia como escritor. En 1948 apareció en yiddish, en Nueva York, el segundo tomo de la novela. En 1950, agotado y desesperado Níster murió en Siberia un campo de trabajo. Su muerte natural le ahorró ser fusilado con muchos otros escritores de lengua yiddish en 1952, cuando la represión estalinista llegó a su punto culminante. El paraíso de la cultura yiddish se había convertido en un infierno. Únicamente en los Estados Unidos la literatura yiddish tenía todavía futuro. Los judíos de Norteamérica se integraron cada vez más a la cultura anglosajona, y los de Europa oriental que habían emigrado a Israel adoptaron la lengua hebrea.
Desde la perspectiva actual la cultura yiddish es un fenómeno del pasado, pero podemos acercarnos a ella a través del conocimiento de la vida cotidiana y las costumbres de los judíos de Europa oriental, pintadas magistralmente en "La familia Máshber". El escenario de la novela es la ciudad de N, que podría ser cualquier shtetel judío, pero en realidad es la ciudad ucraniana de Berdíchev, donde había nacido Níster, y de cuyos cincuenta mil habitantes el ochenta por ciento son judíos. El autor capta la vida de esta sociedad hoy día desaparecida de una manera tan minuciosa que el lector a veces pierde la paciencia. En el primer capítulo, de más de cuarenta páginas, describe la ciudad de N, que "está construida en tres anillos" (p. 27). El primero es el centro de la ciudad donde se encuentra el mercado. En el segundo, con sus calles estrechas, vive la mayor parte de la población, y en el tercero se extienden los suburbios pobres. En el segundo capítulo, titulado "Crónica familiar" se presenta a la familia Máshber, que es muy rica, y cuya decadencia económica es el tema central del libro.
Los shtetl judíos de Europa oriental son también escenarios de algunas obras de Isaac Singer y Samuel Agnon, autores con los cuales Níster comparte su profunda religiosidad. En la narrativa de Agnon se siente el misticismo de los judíos ortodoxos. Sin embargo, ni Agnon ni Níster saben mantener al lector en suspenso con intrigas y escenas eróticas como lo hace con gran maestría Singer. Agnon enriquece su narrativa con cuentos fantásticos. Lo mismo hizo Níster al iniciar su carrera de escritor, pero para poder publicar su novela tuvo que limitarse a un estilo realista. Así le falta color y originalidad estilística. A pesar de eso se trata de una gran novela del realismo ruso en lengua yiddish. Impregnada de poesía religiosa, describe en un estilo decadente y finisecular la vida de los judíos rusos a finales del siglo XIX. Gracias a "La familia Máshber" tenemos un testimonio valioso de este mundo mágico destruido por Hitler y Stalin.
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Der Níster, "La familia Máshber". Prólogo y traducción del yiddish de Rhoda Enelde y Jacob Abecasís, Editorial Libros del Silencio. Barcelona 2011. 886pp
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